CONTAGIOS EN EL MUNDO
No hay necesidad de acelerar el retiro de la mascarilla, es mejor avanzar con cautela
Pidieron demorar el retiro de la mascarilla en espacios abiertos
Hugo Navarrete de la PUCE y Fernando Espinoza de la UEES.
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Cristina Coello. Quito
Dos especialistas consultados por EDICIÓN MÉDICA ven con mayor optimismo el avance de la pandemia en el país. No obstante, advierten que aún existe la posibilidad del aparecimiento de nuevas variantes del SARS-COV-2, así como de
nuevos brotes y por tanto estiman oportuno adoptar una
política preventiva antes que reactiva, como ha sido lo habitual.
Fernando Espinoza, director del Centro de Investigaciones de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y
Hugo Navarrete, director de Investigación de la Universidad Católica del Ecuador (PUCE), han reiterado que los virus mutan y los coronavirus cambian más y por lo tanto es prioritario analizar “con mucho cuidado” lo que está pasando en el mundo.
Así pues, el
repunte de casos en China, Europa y Estados Unidos pueden derivar en el aparecimiento de nuevas variantes, han comentado.
Para los dos investigadores, no cabe duda que las
vacunas están evitando muertes innecesarias, pero han insistido en que con cada persona infectada es un “caldo de cultivo” para potenciales variantes que pueden llegar a ser peligrosas.
La única manera de evitar el aparecimiento de nuevas variantes es
reduciendo el contagio “y eso solo se logra a través del confinamiento (como lo está haciendo China) y con el uso de la mascarilla”. La primera opción no es aplicable en el país, pero la segunda es perfectamente aprovechable, ha considerado Navarrete.
Por su parte, Espinoza ha recordado que China aplicó la política de cero casos y cerró sus fronteras. “Fueron muy estrictos y una gran mayoría de la población no se contagió. Esa política les
está cobrando factura, porque a pesar de tener el 90 por ciento de la población vacunada, con la variante ómicron, que no respeta la vacuna, ocasionó muchos contagios”.
El investigador de la PUCE ha ilustrado que “mientras más se compre la lotería, por ejemplo, se tiene más posibilidades de ganar. Así mismo
con más gente contagiada, así no se enferme,
tenemos mayor probabilidad de que aparezca una variante más contagiosa y más mortal. Pero esto es al azar. Puede que nunca aparezca nada nuevo”.
Espinoza no descarta “la posibilidad de que aparezca una variante más agresiva en cuanto a letalidad. También hay algunos científicos en Estados Unidos especialmente, que estiman que
en otoño habrá una nueva ola, o la misma ómicron BA.2 provocará
un rebrote. Hay esa posibilidad”, ha insistido.
La situación en el país
Ambos, sin dejar de ser optimistas y resaltando la tasa de vacunación en el país, han reconocido que aún hay una
subvaloración de la cantidad de casos de COVID-19, pues han observado que muchos ciudadanos
no realizan la prueba diagnóstica (además de que sigue siendo muy costosa), el estado tampoco realiza suficiente testeo y, otros simplemente consideran a los síntomas como una simple gripe.
Los dos también han coincidido en que
no hay necesidad de acelerar el retiro de la mascarilla y, por el contrario, han instado avanzar con cautela, pues hasta ahora la política pública ha actuado de forma reactiva y no preventiva.
Espinoza ha considerado que, en el caso de China, su población no tiene la
inmunidad natural que los ecuatorianos poseen. Él estima que un
60 por ciento de la población en el país se contagió entre el 2020 y en el brote de ómicron al final del 2021. A eso se suma la vacunación completa de más del 85 por ciento de la población, con lo cual, el país se acerca a una estabilidad.
“Ya podemos ir al cine, al restaurante, hacer muchísimas cosas que antes no. Pero
no caigamos en la tentación de relajarnos completamente. Soy optimista por la inmunidad natural que debe estar por sobre el 60 por ciento, según los datos que se tienen. Pero es importante y necesario el refuerzo. Ómicron burla el sistema inmunológico de anticuerpos de la vacuna. No mata, pero contagia” y se pone en riesgo a los vulnerables, ha insistido el director de investigaciones de la UEES.
Navarrete ha recordado que esa inmunidad es protectora hasta cierto grado pues las vacunas protegieron de las primeras variantes y por ello muchos se contagiaron con ómicron. Además, aclaró que
“una cosa es estar infectado y otra es estar enfermo. No es tan simple como parece”.
“Puede ser que una persona no se enferme gravemente, pero cada día se está describiendo
nuevas consecuencias de haberse enfermado levemente, que es haber tenido una gripe, o en algunos casos los asintomáticos. Se han reportado daños cardiacos, renales, en los intestinos, debilitamiento en las paredes de las arterias, reducción del tamaño del cerebro”, entre otros, ha advertido.
En consecuencia, los dos analistas han insistido en la recomendación de
demorar el retiro de la mascarilla, pues es la mejor arma contra la pandemia, junto con el lavado de manos, uso de desinfectante y el distanciamiento.