TRES AÑOS DE LA COVID-19
OPS insiste en subsanar las deficiencias en coberturas de vacunación para terminar la pandemia
La vigilancia y la vacunación son clave para poner fin a la pandemia en las Américas
Jarbas Barbosa, director de la OPS.
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Redacción. Quito
La
Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha insistido en que reforzar la vigilancia y subsanar las deficiencias en cobertura de vacunación son la clave para terminar con la emergencia por la COVID-19, y, además es la mejor forma en que los países pueden prepararse para futuras
crisis sanitarias.
Jarbas Barbosa, director de la OPS, ha mencionado durante una rueda de prensa, que la COVID-19 “puso de relieve que ningún país u organización del mundo estaba plenamente preparado para el impacto de esta pandemia. Esto incluye a las Américas, una región marcada por las inequidades".
El director ha informado que, en los últimos tres años, las Américas han registrado más de 190,3 millones de casos de
COVID-19 y más de 2,9 millones de muertes, lo que representa el 25 y el 43 por ciento respectivamente del total mundial.
Actualmente, la tasa de incidencia está entre 20 y 30 veces inferior a la de hace un año, pero "aunque no estamos totalmente fuera de peligro, estamos en un lugar mucho mejor", ha añadido.
Barbosa ha destacado el papel desempeñado por la OPS para ayudar a los países a llegar a esta situación. Esto incluye la creación y el fortalecimiento de la
Red Regional de Vigilancia Genómica de COVID-19, fundamental para seguir la evolución del virus SARS-CoV-2, así como para la vigilancia de otros patógenos con potencial pandémico, incluida la gripe aviar. En los últimos tres años, la red ha facilitado a bases de datos mundiales más de 580.000 secuencias del virus de América Latina y el Caribe.
El director de la OPS también ha resaltado el papel de la organización en la distribución de vacunas COVID-19, "movilizando más de 160 millones de dosis a través de COVAX y ayudando a los países de América Latina y el Caribe a distribuir más de 1.300 millones de dosis en menos de dos años".
A pesar de estos logros, Barbosa ha advertido que "la COVID-19 todavía está con nosotros y el virus aún tiene que establecerse en un
patrón predecible. En el último mes, hemos visto más de 1,5 millones de nuevos casos y 17.000 muertes. No podemos bajar la guardia", ha insistido.
Según ha informado Barbosa, aunque las tasas de detección han disminuido, es crucial que los países mantengan y sigan reforzando la vigilancia, ya que el virus
SARS-CoV-2 "puede evolucionar y adaptarse rápidamente".
Llegar al 30 por ciento de personas que aún no han recibido la serie primaria de la vacuna contra la COVID-19 también es fundamental para "prepararnos para cualquier nueva ola del virus o nueva variante de preocupación".
Mientras que la Región ha experimentado una serie de retrocesos durante la pandemia que han "revelado o exacerbado las debilidades de nuestros sistemas de salud", incluyendo en la detección y el tratamiento de enfermedades como la
tuberculosis y el
VIH, en el diagnóstico y el tratamiento de
enfermedades no transmisibles; y en la disminución de las tasas de vacunación de rutina, ahora tenemos una oportunidad única para "colocar la salud en el centro de la
Agenda de Desarrollo Sostenible", ha opinado.
“Debemos enfocarnos en recuperar las pérdidas y en construir
sistemas de salud resilientes que funcionen para todos, así como en estar mejor preparados para futuras amenazas a la salud", ha considerado.
"Al comenzar mi mandato como director de la OPS, un objetivo principal es ayudar a los países de las Américas a superar la pandemia. La OPS está lista para apoyar a nuestros países de las Américas, para aprender y aplicar las
lecciones aprendidas de la COVID-19", ha finalizado.
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En la ronda de preguntas de los periodistas,
Ciro Ugarte, responsable de la respuesta a la COVID para las Américas, ha señalado que, para las autoridades sanitarias, todavía es prioritario y continúa siendo "una de las primeras prioridades de la Organización Mundial de la Salud (OMS)" encontrar el
origen de la enfermedad, respondiendo así a la serie de informes relacionados a la teoría (no demostrada) de que el virus salió de un laboratorio de investigación chino.
El experto también ha considerado que “más allá de la búsqueda del origen, que es importante, el caso debería animar a las autoridades a reforzar sus sistemas para la
detección de nuevos virus, algo que solo puede hacerse compartiendo información" sobre la aparición de nuevas enfermedades y patógenos.