CONFERENCIA MINISTERIAL
OPS llama a la acción urgente para poner fin a la violencia contra la niñez como problema de salud pública
A nivel mundial, uno de cada dos niños sufre alguna forma de violencia cada año
En el centro Jarbas Barbosa con funcionarios de OPS.
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Redacción. Quito
En el marco de la Primera Conferencia Ministerial Mundial para Poner Fin a la Violencia contra la Niñez,
Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha hecho un llamado urgente a la acción para abordar la
violencia contra niños, niñas y adolescentes en las Américas.
“Las Américas enfrentan el mayor desafío, pero también somos quienes entendemos este tema mejor que nadie. La reciente
pandemia de COVID-19 no ha hecho más que reforzar la urgencia de actuar”, ha mencionado Barbosa, subrayando la necesidad de soluciones inmediatas y efectivas.
El director ha enfatizado la importancia de la
colaboración multisectorial y de intervenciones basadas en evidencia para enfrentar este
problema de salud pública, que no solo afecta a las personas y comunidades, sino que también tiene consecuencias significativas en el desarrollo sostenible y en la economía de los países.
La tasa de homicidios para menores más alta
"A nivel mundial, uno de cada dos niños, niñas y adolescentes de 2 a 17 años sufre alguna forma de violencia cada año. Esta violencia adopta muchas formas diferentes, todas igualmente inaceptables y con enormes consecuencias", ha manifestado Barbosa. "Las Américas, lamentablemente, tienen la
tasa de homicidios más alta del mundo para menores de 18 años, más de tres veces el promedio mundial (5,8 por 100.000, frente a la tasa global de 1,7)", añadió.
En cuanto a los
desafíos para las niñas, el director de la OPS ha señalado que una de cada cuatro adolescentes de 15 a 19 años a nivel mundial ha sufrido violencia por parte de su pareja antes de cumplir los 20 años. "La
violencia sexual y las
uniones tempranas y forzadas son desafíos que no pueden esperar. Debemos actuar con urgencia para romper este ciclo de violencia", ha insistido.
“Al final de este día, más de 200 niños, adolescentes y jóvenes (hasta 29 años) habrán fallecido por homicidio en las Américas. Esta región es tristemente célebre por tener la tasa de homicidios más alta del mundo, especialmente entre los
hombres jóvenes, por la elevada aceptación de los
castigos corporales y por la
violencia armada en las escuelas y en nuestras calles”, ha recordado Barbosa.
En ese sentido, ha mencionado que la evidencia sugiere que
cambios en las normas sociales pueden desalentar la violencia. "Al crear conciencia y establecer salvaguardias, podemos reducir el número de niños que son testigos de la violencia en sus hogares o en las escuelas y ayudar a prevenir futuros
ciclos de violencia", ha recomendado.
"Tenemos las soluciones para prevenir la violencia; este es el momento para actuar. Debemos enfocarnos en lo que sabemos que funciona:
intervenciones basadas en evidencia han demostrado tener un impacto real", ha recordado Barbosa en el evento internacional.
En ese sentido, ha mencionado la importancia del
marco INSPIRE, que describe siete estrategias basadas en evidencia para poner fin a la violencia contra los niños, que abarcan desde fortalecer las
leyes y políticas hasta cambiar las
normas sociales y brindar atención a los sobrevivientes.
Propuestas de la Primera Conferencia Ministerial
Al finalizar la conferencia se lanzará nuevas iniciativas, como la campaña
‘Infancias sin violencia’ de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para ampliar el alcance de INSPIRE, y el primer movimiento liderado por niños, niñas y adolescentes contra la violencia. También resultará en una
declaración política para consolidar los compromisos asumidos.
Pero Barbosa aprovechó la reunión para enfatizar la importancia de abordar las
causas sociales subyacentes de la violencia, como la
pobreza, la
desigualdad y la
discriminación. “No podemos abordar la violencia sin prestar atención a las desigualdades sociales, incluidas la
migración, la etnicidad, la discapacidad y el estatus socioeconómico. Tenemos la
responsabilidad colectiva de responder primero a los más rezagados”, ha recalcado.
En este contexto, el director de la OPS ha reafirmado el compromiso de la Organización de colaborar con gobiernos y organizaciones para implementar
estrategias efectivas y asegurar que las voces de los niños, niñas y adolescentes, incluidos sobrevivientes y comunidades vulnerables, se escuchen en el
diseño de soluciones.
"Me comprometo personalmente a dar visibilidad a este tema y apoyar
soluciones innovadoras para asegurar que esta conferencia conduzca a un cambio real. Juntos, podemos garantizar que los niños, niñas y adolescentes vivan una vida larga, feliz, saludable y
libre de violencia”, ha finalizado el director en su ponencia.