Enfermedad de Párkinson no es considerada como catastrófica en el sistema de salud ecuatoriano
Hay factores que pueden cambiar la historia natural de la enfermedad
Francisca Marín, Tatiana Aldaz y Carlos Llumiguano.
|
Cristina Coello. Quito
La
enfermedad de Parkinson es uno de los trastornos neurodegenerativos más frecuentes, después de las demencias, con una prevalencia mundial de más del 1 por ciento en pacientes mayores de 65 años. En el Ecuador, no se encuentran datos estadísticos directos sobre esta patología, sin embargo, “no hay razón para pensar que el país no se ajuste a esa realidad”, ha comentado la neuróloga
Tatiana Aldaz.
Aldaz, invitada a la serie de conferencias organizadas por la Fundación Parkinson Ecuador (Fundape), ha señalado a REDACCIÓN MÉDICA que la enfermedad es progresiva, no tiene cura, pero “es una de las pocas en las
que podemos dar un tratamiento sintomático” que no solo mejora la lentitud de movimientos, temblores, dificultad para caminar, sino también aspectos como trastornos de sueño y depresión.
La especialista ha insistido en que al “tener tantos síntomas,
el tratamiento es multidisciplinario” y el médico debe “aprender a distinguir” la enfermedad ya que no todo paciente con un temblor tiene párkinson, ni todos los párkinson tienen temblor.
“Lo fundamental en un paciente es la bradicinesia (lentitud en realizar un movimiento), luego la rigidez y como tercer síntoma está el temblor. Con
dos de estos síntomas se puede tener una sospecha”, ha mencionado Aldaz.
La experta ha considerado que esta enfermedad puede iniciar a una temprana edad, pero son casos más raros, la mayoría
se presenta a partir de los 60 de años y todos estamos en riesgo de sufrir esta enfermedad. “Es como una mala lotería”.
A decir de la experta, un
Parkinson demora en diagnosticarse alrededor de 5 años y ha considerado que en las primeras etapas “no es necesario iniciar con medicación, “sino seguimiento estrecho del paciente, para ver la evolución de la enfermedad y durante ese tiempo darle educación para prevenir complicaciones, así se mantiene un cuadro estable”.
La realidad en el Ecuador
A pesar de ser una enfermedad que encierra elevados costos, es frecuente e invalidante, no ha sido considerada como catastrófica en el sistema público de salud, ha señalado
Francisca Marín, especialista en estimulación psico-cognitiva de Fundape.
Por ello, Marín ha considerado necesaria la creación de programas para pacientes con esta enfermedad, ya que a decir de Aldaz “hay
factores que pueden cambiar la historia natural de la enfermedad, como la rehabilitación física, ayuda psicológica, terapia de lenguaje, terapia de deglución”, entre otras.
Pero además de ello “hay
terapias avanzadas que no han llegado al país y que a nivel mundial ya van a cumplir casi 30 años, como la
cirugía de estimulación cerebral profunda” para pacientes con enfermedad avanzada y que no responden a medicamento y que mejoran la calidad de vida.
La estimulación cerebral
Carlos Llumiguano, neurocirujano especialista en Parkinson, ha explicado que la estimulación cerebral profunda es un procedimiento quirúrgico usado para tratar una variedad de
síntomas neurológicos invalidantes como el temblor, la rigidez, el agarrotamiento, el movimiento lento y los problemas para caminar.
Con el procedimiento quirúrgico, se establece una
estimulación eléctrica en áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento, bloqueando las señales nerviosas anormales que causan el temblor y los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Los candidatos a esta opción terapéutica son pacientes que respondieron bien al tratamiento farmacológico, ha especificado Llumiguano. En el país se han realizado solo unas
6 cirugías los últimos años, por el elevado costo.
Tras el procedimiento se
disminuye la medicación, se evita los efectos adversos de ella y se mantiene al paciente estable hasta el final de sus días, ha añadido el neurocirujano.
Caminata por día mundial
Marín ha insistido en que “
es hora de visibilizar este trastorno de movimiento”, más aún cuando hay terapias que pueden ayudar a sobrellevarla.
Para ello, Fundape, ha organizado una caminata que se realizará
el 13 de abril desde las 09:00 en el
parque La Carolina de Quito. Partirá desde la Cruz del Papa y seguirá por la pista de atletismo (pista azul). Pueden asistir pacientes, médicos e interesados en conocer más sobre la enfermedad.