Restricciones al acceso a pesticidas y armas de fuego podría prevenir suicidios en América
La tasa de mortalidad por suicidio ha aumentado en los últimos años
En Ecuador el envenenamiento con pesticidas es el segundo método más frecuente de suicidio.
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Redacción. Quito
Un estudio publicado en la revista científica
The Lancet Regional Health Americas ha puesto de manifiesto
que la implementación de políticas para restringir el acceso a pesticidas altamente peligrosos y
armas de fuego podría prevenir más de 120.000 muertes por
suicidio en la región de las Américas en un período de diez años.
La investigación, realizada en colaboración con expertos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el
Centro de Adicciones y Salud Mental (CAMH) de Canadá, ha sugerido que, si se aplicaran restricciones al acceso a las armas de fuego o a los pesticidas en los países donde representan el 40 por ciento o más de los suicidios, la
tasa de mortalidad podría reducirse en más del 20 por ciento entre los varones y del 11 por ciento entre las mujeres para 2030.
En
Ecuador el método de suicidio más frecuente en las
mujeres es el envenenamiento (54 por ciento), seguido por el ahorcamiento (41 por ciento), y en los hombres el más frecuente fue el ahorcamiento (66 por ciento), seguido por el envenenamiento con pesticidas (25 por ciento) y los
disparos (5 por ciento), según un
estudio publicado en la revista Panamericana de la Salud Pública (2018).
Según la OMS, anualmente se pierden cerca de 100.000 vidas por suicidio en las Américas y, a diferencia de otras regiones la
tasa de mortalidad por suicidio ha aumentado en los últimos años. La restricción de medios es una intervención eficaz basada en la evidencia en la
prevención del suicidio, y una estrategia clave recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) bajo su enfoque "Vivir la vida" para reducir la mortalidad por suicidio.
"El suicidio es prevenible y cada vida que se pierde es devastadora", ha señalado
Anselm Hennis, director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS y coautor del estudio. "Este estudio muestra que las políticas efectivas que limitan el acceso a dos de los métodos más comunes para el suicidio pueden tener un impacto en la reducción de la mortalidad en la región", ha insistido.
Utilizando
datos modelados de 2020 a 2030, el estudio estima un impacto importante en varios países. Por ejemplo, en El Salvador, Guyana, Nicaragua y Surinam, donde la ingesta de pesticidas altamente peligrosos provocó el 40 por ciento o más de los suicidios en cada país en 2019, las medidas de restricción podrían reducir sustancialmente las tasas de suicidio para 2030. Del mismo modo, en los Estados Unidos, donde las armas de fuego representaron más del 40 por ciento de las muertes por suicidio en el mismo año, se prevé que la aplicación de restricciones específicas conduzca a una marcada disminución de las tasas de suicidio en la próxima década.
El estudio ha determinado que la implementación efectiva de medidas para restringir el acceso a pesticidas y armas de fuego podría prevenir la pérdida de más de 123.000 vidas por suicidio en toda la
región de las Américas.
Las reducciones más notables se observarían en la subregión del Caribe no latino, donde la tasa de mortalidad por suicidio podría reducirse hasta en un 31por ciento entre los hombres y un 34 por ciento entre las mujeres si se aplicara una restricción específica a los pesticidas altamente peligrosos en tres países clave: Guyana, Suriname y Trinidad y Tobago, en 2020.
"La implementación de medidas de restricción es más efectiva cuando los métodos son prevalentes y representan una proporción significativa de las muertes por suicidio", ha señalado
Renato Oliveira e Souza, jefe de la Unidad de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OPS y coautor del estudio. "Sin embargo, también es crucial considerar el
contexto sociocultural al implementar políticas de restricción de medios".
Los investigadores detrás del estudio han hecho un llamado a la
colaboración multisectorial para poner en práctica estas intervenciones basadas en la evidencia a fin de cumplir con la meta de la OMS de reducir la tasa de mortalidad por suicidio en un tercio para 2030.