LECCIONES DE LA CATÁSTROFE
Un año después del terremoto, ¿Ecuador ha mejorado su estrategia para atender desastres?
Los equipos de pronta respuesta como los de Cruz Roja actúan inmediatamente
Israel Espinoza, director nacional de Gestión de Riesgos del MSP.
|
Cristina Coello. Quito
Al cumplirse un año del terremoto en la provincia de Manabí, la autoridad sanitaria y otras organizaciones de ayuda como Cruz Roja Ecuatoriana,
han hecho un reconocimiento a la capacidad técnica, profesional y personal de quienes atendieron este desastre en Ecuador.
Según cifras oficiales, tras el evento natural se contabilizaron en total
671 personas fallecidas, 8.690 personas albergadas, 113 rescatadas con vida y
57.674 voluntarios registrados.
Aunque la situación fue imprevista, muchos organismos gubernamentales y no gubernamentales
enfrentaron con prontitud y organización principalmente debido a que estaban esperando otros eventos naturales como la posible erupción del volcán Cotopaxi y el fenómeno del Niño, ha comentado a REDACCIÓN MÉDICA,
Roger Zambrano, coordinador nacional del Plan Terremoto Ecuador de
Cruz Roja Ecuatoriana.
“Nos encontrábamos en un momento de
construcción de planes de contingencia a través de las mesas técnicas” del Sistema Nacional Descentralizado de Gestión de Riesgos, pero “
no estaba previsto un terremoto de esa magnitud, estábamos trabajando otros escenarios, sin embargo esa planificación sirvió”, ha destacado Zambrano.
Por su parte,
Israel Espinoza Gutiérrez, director nacional de Gestión de Riesgos del Ministerio de Salud Pública (MSP), ha sido enfático en señalar que “siempre hay puntos por mejorar”, aun así, el órgano rector de la Salud
está “en la capacidad de responder, con los recursos que tenemos”, un evento natural similar al de hace un año.
Para el director, si no hubiera existido el “nivel de coordinación interinstitucional” que tenía el MSP el momento del terremoto, ni los planes de emergencia, o los niveles de desconcentración,”hubiéramos tenido
un desastre mayor en el país”.
Como sector salud “estamos articulados y en ese sentido se identificaron algunos puntos por mejorar. La autoridad sanitaria nacional
ha fortalecido estos procesos”, ha asegurado Espinoza.
Tras el terremoto
En las primeras 72 horas, cuando son los momentos más críticos, “se pusieron a prueba” las capacidades resolutivas de cada uno de los establecimientos públicos en las áreas de emergencia y
respondieron de manera adecuada”, ha resaltado Espinoza.
Por parte del MSP se registraron
4.859 atenciones en esas primeras horas. Cruz Roja tiene registrado más de 6.000 atenciones y
322 traslados. En los seis meses posteriores, la ONG atendió a más de 46.000 atenciones.
El gobierno instaló
27 albergues, de ellos 8 en Esmeraldas y 19 en Manabí. Ya en ellos el MSP ha realizado 87.310 atenciones sanitarias. Actualmente, de ellos están
activos 5 albergues en Muisne y 11 en Manabí.
Lo que se requiere mejorar
Tras un año del terremoto
se han identificado algunos puntos por mejorar y principalmente se refieren a la articulación en situaciones de emergencia o desastres, según han indicado el vocero del MSP y el coordinador de Cruz Roja.
“Hay que
mejorar la articulación con los ministerios es los procedimientos, los protocolos, revisar el plan de respuesta nacional”, ha insistido Zambrano.
Si bien existe la red pública y complementaria “es necesario
articularnos mejor, de tal forma que nos permita la atención a víctimas en masa, la referencia, contra-referencia. Se cambia el modelo de organización como instituciones, pero
nos mantenemos bajo una línea de mando directo, una vocería oficial y un flujo de información ininterrumpida”, ha indicado Espinoza.
Por otra parte, el funcionario ha aclarado que “
no todo es responsabilidad del sector salud. También depende de la preparación de otros equipos y corresponsabilidad de los gobiernos autónomos descentralizados provinciales y cantonales”.
Algunas cifras
El terremoto causó daños en
11 establecimientos de primer nivel, en 3 de segundo nivel.
Tras los daños, el MSP
construirá un hospital para Pedernales y Chone, un nuevo centro de salud en Muisne y 5 sedes distritales en las ciudades de Portoviejo, Chone, Flavio Alfaro, Bolívar, San Vicente y Rocafuerte.
La inversión aproximada será de 56 millones de dólares, con financiamiento del Banco Mundial y del Estado.
Antes del terremoto
Desde 2008 se creó la Dirección de Planificación y Seguridad para el desarrollo que posteriormente, con el estatuto actual, se transformó en
Dirección Nacional de Gestión de Riesgos.
Esta oficina fue creada con el afán de desarrollar a nivel nacional y en todas las áreas “un análisis y
reducción de riesgos, amenazas, vulnerabilidades, acciones de preparación (simulacros) para evaluar los planes de emergencia y contingencia en un evento adverso”, ha dicho Espinoza.
Por ello ha considerado que los sistemas de salud
respondieron de una manera adecuada “en el sentido de que se movilizaron todos los recursos. Primero fue el hospital móvil para complementar servicios, pero también fue
velar por la integridad y salud mental de nuestros funcionarios”, ha detallado.
En la respuesta al terremoto se activó el COE (Comité de Operaciones Especiales) Nacional y se organizaron las
8 mesas técnicas de trabajo, de acuerdo al manual del comité de gestión de riesgos que son: agua, salud, infraestructura, atención integral a la población en albergues, seguridad, medios de vida y productividad, cultura y patrimonio, sectores estratégicos.
“Lo que se
trató es de atender la emergencia de manera integral. La ventaja fue que a nivel de toma de decisiones se lo hizo coordinadamente”, ha asegurado el director.
Mejoramiento constante
El MSP está actualmente
formado instructores en la herramienta llamada ‘Planeamiento Hospitalario para la respuesta a desastres’, que busca fortalecer la gestión hospitalaria y en un establecimiento. Esto permitirá, entre otros, tener un modelo de organización cuando lleguen abundantes donaciones, como sucedió hace un año.
En un eventual evento adverso “que requiera apoyo a nivel nacional, el MSP está abierto a
recibir ayuda, pero en función de un requerimiento puntual. No podemos poner en riesgo la atención de la población, ni de los voluntarios. Todo tiene que enmarcarse en un contexto del sistema nacional de salud, organizado y que pueda dar una respuesta oportuna y eficaz”, ha insistido el director.
Finalmente, el MSP
está en un proceso de certificación de EMT’s (equipos médicos para atención de emergencias o desastres) que incluye equipo móvil y talento humano y que serán acreditados por OPS (Organización Panamericana de la Salud).
“Primero se lo hará con equipos del MSP y luego de otras instituciones.
Posteriormente se formará a otro personal” sanitario, ha adelantado Espinoza.
La acción de Cruz Roja Ecuatoriana
Para Zambrano, la ventaja en el caso de la institución a la que pertenece, es que posee
equipos zonales y por lo tanto puedo asistir inmediatamente en la zona del terremoto.
Además de coordinar con el equipo de rescate a nivel liviano, también colaboró con la autoridad sanitaria en
la evaluación de daños, abastecimiento de agua segura, contacto familiar,
manejo de cadáveres y el apoyo psicosocial.
La Cruz Roja Ecuatoriana (CRE) está ejecutando el plan recuperación, “donde nos enfocamos en acciones como atención y promoción de la salud, apoyo psicosocial,
siempre en coordinación con el MSP” y básicamente
en zonas rurales.
¿Estamos preparados?
“No podemos decir que estamos preparados, pero
estamos intentando dejar comunidades resilientes. Hay que tratar de dejar gobiernos locales fuertes en esta temática.
Hay muchas lecciones aprendidas. Cruz Roja tiene un plan de contingencia y respuesta para cualquier evento que suceda en el país”, ha mencionado Zambrano.
El representante de la CRE ha señalado que conocen sobre la construcción un plan de contingencia para el país, “pero lo importante es que sea
compartido, discutido, socializado con todos los actores y todos tener voz en ese documento”, ha comentado.
Igualmente ha recordado que está en análisis en la Asamblea Nacional la Ley de Gestión de Riesgos, que para el técnico “es muy importante tenerla” ya que existen muchos documentos legales, pero
se necesita establecer algunas corresponsabilidades y que exista un manual con mayor peso en el sistema nacional descentralizado de gestión de riesgos, porque “allí articulamos nuestras acciones”, ha explicado.
Carmen Ferrer, jefa de operaciones de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y Media Luna Roja, ha recomendado que los grupos voluntarios para estos casos emergentes
deben “aprovechar estos meses de calma para trabajar en capacitación, cooperación y coordinación previa, para formar parte de un sistema de apoyo” en un caso como el del terremoto.
“Es importante que
las personas que se ofrecen, tengan muchísima preparación previa para que realmente sea algo que funcione como un reloj y sean parte del equipo de apoyo” ha añadido la experta internacional.
La CRE ya “era fuerte, pero
en estos momentos estamos garantizando que se va a ver más fortalecida para eventos de este magnitud. Ahora tienen mejor equipamiento, personal formado en determinadas cosas que antes no existían y poco a poco se va reforzando institucionalmente y en equipamiento”, ha asegurado Ferrer.
Roger Zambrano, Cruz Roja Ecuatoriana y Carmen Ferrer, Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja.
|