Se anticipa una reforma al reglamento de etiquetado frontal de alimentos procesados en Ecuador
Se espera hasta septiembre del próximo año tener lista la reforma
Viernes, 23 de diciembre de 2022, a las 12:49
Yadira Morejón, directora nacional de Alimentación Saludable y Nutrición del MSP.
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Cristina Coello. Quito
Si bien para el Ministerio de Salud Pública (MSP) el sistema de
etiquetado de alimentos tipo semáforo ha sido un referente a nivel internacional, como una estrategia de salud pública para que las personas tomen una decisión informada con relación al consumo de productos procesados y ultra procesados, también ha reconocido que ha llegado la hora de ejecutar una reforma al reglamento.
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA,
Yadira Morejón, directora nacional de Alimentación Saludable y Nutrición del MSP, ha resaltado el aporte de la academia en dar seguimiento al impacto de esta política pública.
Según la funcionaria el conocido
semáforo nutricional “sí ha tenido un efecto positivo, por lo menos durante sus primeros años, en cuanto al conocimiento, comprensión y toma de decisiones. Se buscaba brindar información clara, veraz y comprensible al consumidor” y ese mensaje fue asumido por la población ecuatoriana.
Así mismo ha recalcado que en la última encuesta
Ensanut del 2018 se evaluó la aplicación del etiquetado y reflejó que a nivel nacional el 62.7 por ciento de la población lo conoce y lo identifica.
En esa evaluación, también se detalló que un 84.34 por ciento de personas que redujeron el consumo de nutrientes críticos (sal y azúcar) se guiaron por la etiqueta roja. “Entonces sí son puntos positivos dentro de lo que es el semáforo, pero obviamente hay que continuar avanzando”, ha manifestado Morejón.
Estrategia y cambio de comportamiento de la población
Consultada sobre el real impacto de la estrategia sobre algunos indicadores, como por ejemplo reducción de la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles, la funcionaria ha sido enfática en señalar que son múltiples los factores que están alrededor de ellas.
“No es solamente la parte de alimentación en cuanto al consumo de ultra procesados, también tienen que ver los ambientes, el sedentarismo, la genética e incluso el propio estrés. Entonces esta es una estrategia que debe ser articulada con otras y el etiquetado es apenas un punto respecto al todo”, ha explicado.
Pero también ha reconocido que en la actualidad existe nueva
evidencia científica sobre la utilidad de los etiquetados y también ha insistido en que son importantes otros puntos como la educación nutricional de la población “para que puedan realizar una mejor decisión en cuanto a la selección de sus alimentos”, ejercicio, etc.
En definitiva, “es un tema de
cambio de comportamiento y eso no se da de un momento al otro y dependiendo del proceso, puede conllevar hasta generaciones para evidenciar cambios”, ha comentado.
“El comportamiento alimentario es un proceso a largo plazo y necesitas por lo menos 10 años para ver cambios en la población. Pero además, tenemos una pandemia de por medio que ocasionó cambios en los
patrones alimenticios y un incremento altísimo de las enfermedades crónicas no transmisibles, además de otros factores como sedentarismo en niños que se agravaron durante la pandemia”, ha añadido Morejón.
No obstante, según la funcionaria ya se está levantando evidencia respecto a todos los nutrientes críticos, e incluso los que no son nutrientes (edulcorantes, por ejemplo), para comenzar a definir una
reforma al
reglamento del etiquetado.
“Esperemos que hasta septiembre del próximo año tengamos un documento finalizado validado por todos los entes, es decir academia, sociedades científicas y la propia sociedad civil”, ha anticipado.
Pero también ha dejado claro que por lo menos este próximo 2023 no habrá ninguna modificación al semáforo nutricional de los alimentos procesados y ultra procesados que se expenden en el país, pero trabajarán en reforzar otras estrategias de promoción y prevención de la salud.
El primer nivel y las universidades
Morejón ha insistido en la importancia del primer nivel de atención donde participan activamente las universidades para fortalecer la consejería relacionada a la nutrición, donde según ella se requiere la participación de las facultades de Medicina, Enfermería, Obstetricia.
“Todos podemos reforzar los mensajes a las madres, por ejemplo, de la importancia y beneficios de la
lactancia materna, no solo la nutricionista. Todos hacemos salud y creo que ese es el mensaje clave dentro de nuestras instituciones, mejorar el abordaje a la población, utilizando palabras sencillas, mensajes claros”, para mejorar el comportamiento nutricional.