CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL
Sociedad de Geriatría rechaza la decisión de la OMS de incluir a la vejez como enfermedad
El próximo año se conocerá la nueva CEI-11
Susana Tito, presidenta de la SEGG.
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Cristina Coello. Quito
La vejez es un estado de la vida más no una enfermedad y por lo tanto no debería estar dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CEI-11), como pretende hacerlo la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el 2022, ha sido enfática en señalar
Susana Tito, presidenta de la
Sociedad Ecuatoriana de Geriatría Y Gerontología (SEGG).
Al poner a la vejez como un marcador de enfermedad, se coloca “un paraguas que
borra las causas subyacentes de la enfermedad, que son problemas persistentes y que en muchos casos son problemas asociados con la discapacidad”.
En ese contexto, “si no se tiene como un diagnóstico de salud a la niñez, juventud o adultez, entonces no tiene sentido que a la vejez la consideren como patología.
La gente no se muere por estar vieja, hay causas subyacentes que la causan”, ha considerado Tito.
Por ello, la geriatra y médica de familia ha hecho pública la preocupación de la SEGG pues la posible nueva calificación “no va a facilitar que los Estados pongan sobre el tapete la discusión de
la problemática real de los adultos mayores”.
La especialista ha recordado que atravesamos una “terrible pandemia” cuyas tasas de mayor mortalidad afectaron a la población adulta mayor y que incluso “se habla de
un gerontocidio” por el descuido a los centros gerontológicos, que en el país son considerados como “un sistema de acogida – hotelería”, mientras la evidencia ha demostrado que requieren un manejo técnico de cuidado integral.
Por ello, Tito ha insistido en que calificar a la vejez como enfermedad,
obstaculizará la adopción de políticas públicas en función de adecuados estilos de envejecimiento y eso constituye un retroceso a nivel mundial.
La geriatra ha recordado que “estamos en la
década del envejecimiento saludable” que implica no solo el acceso a servicios de salud, sino también a condiciones de bienestar (acceso a vivienda, educación, sistemas integrados de cuidados prolongados para quien necesita, etc.) y con la posición de la OMS esos objetivos se verán truncados.
En ese sentido, Tito ha adelanto que a nivel mundial varias organizaciones científicas están exigiendo a la OMS
revele las verdaderas intenciones de colocar este marcador y han solicitado evitar su inclusión previsto para el próximo año.
Atrás de esto está la “fuerte” intención de la industria de allanar “la
publicidad relacionada al ‘antiaging’ (antienvejecimiento)”, ha opinado la especialista, quien ha insistido en que “no hay modo de detener el tiempo”.
Así pues, la SEGG ha considerado que, mientras se resuelve la polémica, el país debe generar programas e
intervenciones sociosanitarias concretas tanto en el Ministerio de Inclusión Social (MIES) como en el Ministerio de Salud (MSP) dirigidas a la población adulta mayor.