RESULTADOS ESTUDIO
Todas las provincias registran un exceso de mortalidad de al menos un 20% en el primer año de pandemia
Investigadores de la Universidad de Cuenca monitorean el exceso de fallecimientos por la pandemia
Daniel Orellana, del Grupo de Investigación LlactaLAB - Ciudades Sustentables de la Universidad de Cuenca.
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Jonathan Veletanga. Quito
Ante el importante déficit de pruebas de testeo para COVID-19 en el país, investigadores de la Universidad de Cuenca han desarrollado el proyecto ‘
MACOVE-Mapeo y análisis de COVID-19 en Ecuador’, con el fin de analizar el exceso de mortalidad como una variable que permita examinar y entender de mejor manera la expansión que ha tenido la pandemia en nuestro territorio.
Daniel Orellana, profesor principal y miembro del Grupo de Investigación LlactaLAB - Ciudades Sustentables, ha explicado a EDICIÓN MÉDICA que a partir de los registros de defunción en el Registro Civil se ha estudiado el
número de defunciones esperadas para un grupo poblacional en un periodo de tiempo de terminado. En este caso por provincias, sexo y grupo etario.
De esta manera se ha encontrado, entre los principales resultados, que durante el 2020 (marzo y diciembre) se ha registrado un exceso de mortalidad de 42.635 defunciones en comparación a los años 2017, 2018 y 2019. Es decir que
han fallecido más de 42 mil personas respecto a lo que se esperaría en una situación normal, lo cual “da una idea de la magnitud del impacto que ha tenido la pandemia en el país”, ha señalado.
El exceso de mortalidad comprende las muertes directas por COVID-19 (una parte son las que reporta el Ministerio de Salud) y las
muertes indirectas, que son por otras causas, pero que también se han generado de cierta manera por la enfermedad, ya que desde el inició de la emergencia sanitaria el Estado ha tenido un manejo muy deficiente de la pandemia.
Los investigadores han identificado, que entre enero de 2017 y diciembre de 2019, en Ecuador fallecieron 195.87 personas al día en promedio. Pero, a partir de marzo de 2020 hubo un aumento descontrolado,
llegando a un pico máximo el 4 de abril con 1.124 fallecimientos, es decir, un exceso de 924 defunciones diarias sobre la media esperada. En la primera ola, el exceso de mortalidad se concentró en las provincias de la Costa: Guayas, Santa Elene y Manabí. Posteriormente, en la segunda ola, en las provincias de la Sierra.
Un dato que preocupa es que todas las provincias han tenido una mortalidad de al menos el 20 por ciento,
siete han llegado incluso al 40 por ciento. Esto indica que durante todo el 2020 el exceso de mortalidad se ha mantenido alto, ha agregado el investigador de la Universidad de Cuenca.
Exceso de mortalidad a nivel nacional. Fuente: Daniel Orellana.
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Grupos poblacionales
En el estudio se ha observado que el exceso relativo de mortalidad ha ido cambiando con el pasar de los meses en los diferentes grupos etarios.
El grupo de 50 a 64 años ha sido el que registra mayor exceso de defunciones, le sigue el grupo de 65 a 69 años.
También se ha encontrado que
el exceso de mortalidad es alto en el grupo poblacional de 30 años en adelante. En el caso de menores de 30 años no hubo un aumento significativo y tampoco se ha evidenciado un exceso de mortalidad en niños y jóvenes, ha detallado Orellana.
Asimismo, se ha identificado un pico de
exceso de mortalidad temporal en mujeres de 18 y 29 años, a mediados del mes de abril, cuando se dio la parte más estricta del confinamiento. Esto es “llamativo porque en general la mortalidad por COVID-19 en mujeres ha sido menor”, ha agregado.
Para el investigador, estos resultados son muy importantes por la falta de disponibilidad de datos respecto a qué edades está afectando más la COVID-19. “El exceso de mortalidad es precisamente una medida que puede evidenciar mejor los efectos de la pandemia”, ha considerado.
“
La pandemia está lejos de terminar. El proceso de vacunación está avanzado, pero todavía va a tardar varios meses”, por lo tanto la población debe fortalecer ese conjunto de medidas preventivas que ya se han venido promoviendo desde el inicio de la emergencia sanitaria: evitar lugares cerrados que no tienen ventilación, que tienen muchas personas y donde se permanece mucho tiempo, tener la mascarilla bien puesta y bien ajustada, dado que el aire es la principal vía de contagio de COVID-19, por los aerosoles.
Siguiente fase
Los investigadores de la Universidad de Cuenca
seguirán monitoreando el exceso de mortalidad en el Ecuador, con el fin de informar a la ciudadanía y a los tomadores de decisiones sobre el impacto de la pandemia.